La solidaridad es la capacidad del ser humano para sentir empatía por otra persona; especialmente en situaciones difíciles. En pocas palabras, es ponerse en los zapatos del otro y hacer propios sus problemas y necesidades.
Hay un refrán que dice: “La solidaridad empieza por casa” y es así como debemos empezar a educar a nuestros hijos en esta virtud. Lo primero es nuestro ejemplo como padres, si ven que nosotros nos preocupamos y ayudamos a los demás ellos empezarán a hacerlo. Algo muy útil es que tengan un encargo en casa.
Hay que enseñarles a compartir lo que tienen y no lo que les sobra o ya no usan, enseñarles a estar pendientes de los demás; que si ven a alguien enfermo o triste puedan ayudarlo, escucharlo y acompañarlo. Que se den cuenta que también que hay muchas personas que no viven nuestra realidad y que es nuestra responsabilidad brindarles toda la ayuda que podamos.
“Hay más felicidad en dar que en recibir”: ayudemos a nuestros hijos a descubrir la alegría profunda que da el darse a los demás sin esperar recibir nada a cambio.
Es en estos momentos, en los que nuestros hermanos están sufriendo tanto por los desastres naturales, cuando nosotros como padres debemos enseñarles a nuestros hijos a unirnos y ayudar a tantas personas que lo necesitan.
Dpto. de Familias