La educación diferenciada garantiza un mayor rendimiento académico y el desarrollo de las habilidades propias de cada sexo.
Cada vez tenemos más evidencias a favor de la educación diferenciada. Numerosos estudios científicos en diferentes campos demuestran las diferencias entre el varón y la mujer.
Hay décadas de investigación en la neurociencia, en endocrinología genética, en psicología del desarrollo que demuestran que las diferencias entre los sexos, en sus aptitudes, formas de sentir, de trabajar, de reaccionar, no son sólo el resultado de roles tradicionalmente atribuidos a hombres y mujeres, sino que son innatas.
Según la revista Time en un artículo titulado: “La verdad real sobre el cerebro femenino”, afirma que las nuevas tecnologías de imagen del cerebro, nos han permitido conocer que existen más diferencias reales entre los cerebros de hombres y mujeres de las que pudiéramos haber imaginado hace una década. La neurocientífica Sandra Witelson (famosa por la investigación realizada sobre el cerebro de Einstein en 1990) afirma que el cerebro es un órgano sexual, con diferente estructura según se trate de varones o féminas, lo que explica fenómenos tales como la más rápida mejora y recuperación tras un infarto cerebral en mujeres que en hombres.
Según Maria Calvo Charro, abogada y presidenta en España de la European Association Single Sex Education (EASSE), las diferencias entre chicos y chicas pertenecen al orden natural y biológico, pero inciden de forma directa en su desarrollo personal, emocional e intelectual. Está ampliamente demostrado que el proceso de maduración es diferente entre niños y niñas. Las niñas maduran biológica y psicológicamente antes que los niños. Esto a su vez viene determinado por las diferencias cerebrales que se dan ya desde el seno materno entre los diferentes sexos.
El diferente ritmo en la maduración de niños y niñas provoca a su vez diferencias palpables en el rendimiento académico. Desde los 7 hasta los 16 años las niñas rinden mejor intelectualmente. Por ejemplo, en lengua y escritura las chicas son siempre mejores. Con la lectura y la escritura las niñas llevan ventaja desde el primer momento.
Comprender y aceptar la existencia de estas diferencias biológicas entre sexos nos permite aceptar la existencia de diferentes formas de comprender y aprender en niños y niñas. Ignorar las diferencias en la maduración, en la socialización y en las capacidades y preferencias de unos y otros afecta la igualdad de oportunidades.
En el día a día observamos cómo nuestras alumnas desarrollan en un ambiente de libertad sus potencialidades por ser mujeres. En este sentido, la educación diferenciada les ofrece la oportunidad de desarrollarse cognitiva y afectivamente de acuerdo a sus propias características y necesidades. Podemos mencionar las más significativas:
Referencias: